Junto al umbral,
florecen de la luz tus huellas en la tierra
glorificadas por rosas de abandono
y abonadas por sangre pendular.
Luego de que el adiós se vistió de gala,
el Cosmos ardió en lamentos
y goteó un mar de pasiones
Versos sepia deambularon callejuelas
desvalijando cadáveres esposados a lamentos,
amenazando corazones con navajas de pánico,
y pintando soledades con acuarelas de miedo.
Ecos de porcelana
y pulgares borrachos buscaron el septentrión
para encapsular el vaho de tu ser
en la humedad sublime de un respiro.
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